El respeto es el primer paso en la Experiencia de Empleado.

El respeto es el primer paso en la Experiencia de Empleado.

A estas alturas del relato, cuando tanto desde las administraciones públicas como desde la iniciativa privada se hacen planteamientos abiertos sobre la jornada de 4 días: ¿quién no cree que las personas son lo más valioso de una organización?

Son tiempos en los que hablamos del valor del empleado, de la comunicación, de la gestión de emociones, de los nuevos estilos de liderazgo y de muchos más retos en la gestión de las empresas; pero desgraciadamente para algunos empleados todo esto queda muy lejos. No forma parte de su realidad profesional diaria.

“Mini-jobs”, trabajo precario, salarios bajo mínimos (por debajo del SMI) y muy lejos de ser dignos, acceso prohibitivo al mercado laboral para los jóvenes, que los convierte en combustible para el trabajo “basura” en la empresa “basura”. Discriminación de los profesionales “sénior” por ser mayores, que hace de ellos personas olvidadas por oxidadas, que se reincorporan al mercado laboral con escasa o nula “dignidad profesional”.

Son algunos ejemplos que nos rodean cada día y que forman parte de nuestra realidad laboral. No debemos generalizar y por ello encontraremos en el otro lado de la calle ejemplos positivos de experiencia laboral, o como debería llamarse: Experiencia de empleado.

¿Qué puede hacer una empresa para respetar a sus trabajadores?

Esto puede valer para una multinacional implantada en 17 países y con más de diez mil empleados o para una pequeña empresa de siete compañeros. Tampoco es necesario disponer de un futbolín, un tobogán para bajar a recepción o una guardería para los hijos de los empleados. Es posible que ni siquiera haga falta invertir miles de euros.

Solo es necesario creer de verdad que las personas que te rodean son lo más importante y que sin ellas tu negocio sería un fracaso.

Necesitamos interiorizar algunas ideas básicas, tal vez simples, pero con mucha profundidad. Formas de actuar y responder desde el liderazgo y ante la organización que pasen con el tiempo a integrarse en el ADN (¿Valores?) de la empresa.

Aunque hay una acción previa que no debería ser ni nombrada: retribuye digna y justamente a todo tu equipo, sin diferencias ni excepciones.

PIDE INFORMACIÓN SIN COMPROMISO

La primera experiencia para tus empleados, la que marca: Introduce la dignidad en tus procesos de selección.

Es la primera acción que tomar y por riguroso orden no se puede cambiar de esta posición. Respeta a los candidatos, porqué como mal menor uno/a de ellos/as será tu futuro empleado.

No es necesario poner alfombras rojas para las entrevistas u ofrecer café, en ocasiones bastaría con ser puntual y no prometer lo que no se pueda cumplir.

Crea procesos de selección dignos, que estén al nivel de las personas que quieres que se acerquen a la empresa. Y como no, de la propia empresa que los realiza.

Si la empresa que selecciona no valora la posición que quiere cubrir ¿Quién lo hará? El candidato/a solo dispone de la información que le proporciona la empresa, si esta es escasa y/o negativa tendrán todo el derecho a pensar que no se le valorará cuando esté trabajando.

Nos queda un punto a tratar dentro de esta acción de dignificación: el empleado, el que ya está trabajando en la empresa.

Los grandes olvidados de todo proceso de selección son los propios empleados, los que serán compañeros del afortunado/a que se incorpore.

Los empleados deben participar en los procesos de selección y más los que serán sus compañeros de trabajo. Debemos olvidar ya la política de hacer que nuestros procesos de selección sean ocultos, cerrados, oscuros. En ocasiones no solo para el empleado, sino también para la sociedad que rodea la empresa.

Pide ayuda a tu equipo.

Nada más eficaz para el desarrollo del trabajo que la implicación de todos, y nada más rápido para conseguirlo que dando sentido a la utilidad de cada uno de los miembros del equipo. Hecho que se desarrolla de forma exponencial cuando alguien te pide ayuda y los demás son capaces de resolver y colaborar.

Favorecer el desarrollo del sentido de la pertenencia a un grupo que te necesita, en el que puedes ser útil. Una reflexión: Si solo tú decides, ejecutas y eres capaz de resolverlo todo ¿Para qué quieres empleados? Contrata robots. O mejor aún, pregunta al ChatGPT.

Construye la cultura del reflejo.

Cuando los empleados te miren deben ver reflejado en ti lo que la empresa les pide a ellos. No exijas nada que tu no seas capaz de hacer.

Sé coherente con lo que dices y haces, sobre todo predica con el ejemplo. Nadie se puede sentir respetado cuando a su alrededor nadie se respeta.

Trabaja como un entrenador.

Entrenar es enseñar, acompañar, ayudar en los momentos difíciles, permitir los errores y aprender de los éxitos, celébralos.

Permite que tu gente crezca, pon los medios, si ellos son cada vez más grandes tu no serás más pequeño, serás la suma de las grandezas que te acompañen. Así que no permitas que se vayan, deja la libertad necesaria y suficiente para que el talento y la creatividad sean compañeros de viaje en tu proyecto.

¿Te parece complicado? Creo que no, las 4 acciones enumeradas no son más que el fruto del sentido común unidos a la experiencia del funcionamiento de equipos. Son enfoques sencillos que no requieren inversión, solo creérselo.

¿Te atreves a cambiar?